domingo, 3 de mayo de 2009

Horribles resacas.

Había bebido demasiado anoche, cuando me bebo cuatro cervezas es como abrir la caja de pandora. Sigo siendo consciente de lo que sucede a mi alrededor, pero esto completamente descontrolado y pimplo sin parar. Debí beber unos tres litros de cerveza y dos cubatas. Tendré que entrenarme más, yo antes con eso no terminaba como terminé. Eran las tres de la madrugada cuando volví a casa, no recuerdo nada del trayecto, nada de cómo decidí marcharme. Sé que me fui andando. Cuando llegué completamente ebrio a mi casa estaban mi hermano y su novia viendo apaciblemente una película. Me apoyé en la pared y les increpé que no me vinieran a buscar. Por lo visto les había llamado para que lo hiciesen, pero entendería mal su respuesta, porque me llamaron cuatro veces y no cogí el teléfono. Me acosté, me levanté al minuto a vomitar, fui a beber agua, caí rendido en la cama y me dormí.

Y hoy voy y me despierto deshidratado, con una sed intolerable, el estómago implorándome que no beba más, un dolor de cabeza que me recuerda a una presa que constriñe el cráneo, dolor de espalda, molestias en general, desgana, incapacidad cognitiva. Empiezo a hacer memoria, no me acuerdo de casi nada de lo que hice ayer a partir de la medianoche. Me levanto a beber agua, me lío un cigarro, me lo fumo. Es mi último papel, tengo que ir a comprar filtros y papel de liar. Me visto, voy al estanco, la dependienta ha mejorado con los años, está un poco gorda, pero tiene buenas tetas y buen culo. Puro placer. Vuelvo a mi casa. Bebo más agua y vuelvo a acostarme. El estómago me recuerda su presencia constantemente, ardores y ansias, comienzo a presagiar arcadas. Me acerco al servicio, vomito en la taza. Sólo agua, pero no transparente, tiene un asqueroso color beige. Tiro de la cadena, me entran ganas de defecar. Fabrico un enorme cerote recio, uniforme y consistente, mi culo ha sido como una perfecta manga de pastelero. Tiro de la cadena, la mierda no se va. Espero a que se rellene la cisterna, me entran arcadas, me apoyo en el lavabo y vomito, pero no sale nada. Vuelvo a tirar de la cadena y ahí sigue mi amigo el cerote, perfumando el exiguo baño. Uso la escobilla para meterlo dentro. Sentado en la taza por comodidad me lío otro cigarro, bebo más agua. Comienzo a pensar que me puede haber afectado la Gripe A, o como quieran llamarla. No tengo fiebre. Un alivio. Me acuesto, no puedo dormir. Recuerdo como le dije anoche a una chica relaciones públicas que para hacer su trabajo era mejor llevar minifalda. La chica se ríe del borracho insolente. Vienen pensamientos carnales a mi mente, sexo, sexo y sexo. Tengo una erección, voy al baño, me lío un cigarro, continúo con la erección y pensamientos lascivos. Intento masturbarme infructuosamente, me vuelven las arcadas. Vomito una vez más, no sale nada, solo un poquito de sangre. Voy a beber agua. La erección ha desaparecido. Me acuesto. No consigo dormirme profundamente, pero sí con un sueño ligero, consciente de todos los ruiditos del somier y del trajín del vecino. Tengo sueños eróticos, vuelve la erección. Me levanto, me lío un cigarro, voy al báter, comienzo a masturbarme, la cosa no sale. Que mierda, comienzan a dolerme las pelotas, casi tanto como la cabeza. La mente está encallada en el sexo, no puedo pensar en nada más. Subo al piso de arriba al ordenador. Es casi hora de comer. Pruebo jugar un rato a un juego de rol. El ratón no funciona, se la roto el botón izquierdo. No puedo hacer nada. Bajo de nuevo, voy al baño, intento masturbarme, ahora no se levanta, sigo y sigo un par de minutos. Está turgente, pero la cosa es reacia a salir. Vuelvo a la cama. Me duele la espalda, las piernas, la cabeza, el estómago y suena glup glup con sus ansias y me hace sus amagos de arcadas. Me quedo tirado en la cama. Que le den al estómago. Es hora de comer, mi madre ha preparado el almuerzo para mi hermano. Me levanto, voy al salón, como arroz, me acuesto. Está dura otra vez. Masturbación exitosa, sale un chorro descomunal, cojo un pañuelo de papel, me limpio, lo llevo al báter, tiro de la cadena. Vuelvo a la habitación, finalmente me duermo. Fin de la parte dura de una resaca.