domingo, 1 de febrero de 2009

Un beneficio poco halagüeño.

Ayer decidí emborracharme. Me apetecía. Hacía más de un mes que no recorría un poco de alcohol por mis venas y aproveché un partido del Real Madrid para beberme una botella de vino con los colegas. Escogí un bar que no era el más indicado, pero tampoco me preocupó. De todos modos iba a largarme una vez acabase el partido, y así hice. Pero la conversación que dio lugar a este escrito nació del momento incipiente de esa borrachera, aún sin ir ebrio, aunque ya notando la fusión del vino en mi sangre, y poco después de que el Madrid anotase su primer tanto. Al caso, no sé cómo surgió el tema de este blog, y de que nadie lo lee, a lo que un amigo mío comentó "Aparte de que no haces publicidad de él, sino te leen es porque no pones cosas interesantes" No te quito razón, pero ¿Qué es interesante? Realmente es poco alentador que te lean por internet. Naturalmente hay públicos selectos e intelectuales, pero a ellos será harto difícil acceder, y más aún gustarles. Se antoja complicado el tema de que te lean por internet.

Internet es un arma de doble filo, por un lado ofrece un acerbo ingente de conocimiento, de cultura, de ocio útil, de acceso a distintas instituciones desde casa, trabajo en el hogar, entre otras, y concomitantemente nos obsequia con miles de páginas de sexo explícito y de acceso facilísimo, tan fácil como hacer click en "Sí tengo más de 18 años", con vídeos absurdos de personas haciendo el ridículo o el payaso, con ladillas comecocos y también nos regala ocio inútil, esto es los videojuegos por ejemplo, que tanto atontan y a tanta población engloban. Yo soy aficionado a esto último, y cada día me sorprende más la cantidad de personas que dedican más de 5 horas al día a matar orcos y equipar personajes. Lo más curioso es que entre esta caterva hay muchos que podríamos llamar intelectuales, pero que han terminado sucumbiendo al derroche temporal por unas horas de diversión y de absorción. Ese tipo de lectores tal vez podrían hallar algo interesante aquí por ejemplo, aunque muchos de ellos tienen una cultura y una educación elevadas. Entiendo por educación no tanto el haber superado unos estudios, como el pragmatismo moral del que estamos tan faltos últimamente, y la capacidad de desechar una información y opiniones, en beneficio de datos fehacientes y razonados. Efectivamente, no tengo delirios de grandeza, pero también, por pocos interesantes que sean mis razones, escritos y entendimiento, no van dirigidos a la masa propiamente dicha, es decir, a la tendencia borreguil. Yo no soy pastor, ni me gusta el olor, ni el queso de oveja, además la lana fastidia al roce con la piel. No me gustan las masas ni sus tendencias, un problema irrefutable de la masa es su propensión a la generalización y unión de unas ideas paralelas al momento presente, indistintamente al uso de la razón. En otras palabras, que las guían las ideas globales y compartidas, me imagino que bajo la premisa "Si todo el mundo hace esto, es porque es mejor" Lo cual no deja de ser poco halagüeño. El principal problema es que esto deriva en un pretexto para determinadas conductas impropias de un hombre ambicioso (entiéndase la ambición como un término positivo y que no menoscaba la libertad de los demás, hay diversas formas de ambición y su pragmatismo), donde queda patente que el método global es propio de embobados, guardando todos mis respetos.

Si de una ventaja goza internet es que es un medio audiovisual, lo cual permite ver cualquier película o serie o documental donde promuevan esto o estotro. Sin embargo también los medios audiovisuales son medios de idiotez. Se deja de lado la comprensión lectora, la filosofía, lo agridulce de la vida; la mayoría de mis amigos- por ejemplo, el que me hizo ese comentario- no se han leído un libro desde que iban al instituto, y lo más que llegan es a leer el jueves o el diario marca, que aunque prensa crítica y cultural respectivamente, no dejan de ser inyecciones analgésicas. Para el internauta medio, es más sencillo llegar y ponerse cualquier vídeo de un tipo haciendo el orangután en un coche, o un tipo de cortas mientes profesando devoción a las peleas callejeras, o cualquier película lamentable, o cualquier serie emocionante y surrealista, que leerse un tostón como el que estoy escribiendo ahora mismo. Por supuesto es más sencillo, y a su vez posiblemente sea más interesante. Ahora, la duda es si realmente no leen esto porque no es interesante, amén de que no hago publicidad por ningún foro, ni blog, o porque es más fácil poner el Youtube y mirar a Jessica Alba contonearse. Visto así, yo creo que también haría lo último.

Efectivamente, tanto la educación como la sociedad deben instruir a las nuevas generaciones para que no caigan en este simplismo, y sepan discriminar cuervos de palomas, sin embargo, parece que las instituciones educativas públicas, especialmente en las edades más drásticas, como es la pubertad y la adolescencia, no hace mucho por la labor, me da la sensación de que estamos confeccionando un futuro a base de messenger, facebook y mensajes por el móvil, dedicado a la comunicación y en retraimiento de los buenos modales, el razonamiento y las nuevas ideas que no sabemos cuando surgirán. No será mi blog el que salve a nadie, y quizás tampoco interese a nadie excepto a mí y algún otro loco, pero si estar loco significa ser distinto a los demás, y teniendo en cuenta mi modo de serlo, es bienvenido, y es más: bendigo mi locura.

Las últimas hojas del árbol se están cayendo, pero eso no significa su muerte, todavía algo se puede hacer, ahora el problema es que ni Universidad ni la docencia están adaptándose a estos cambios y repercursión sobre las personas. Y lo que está claro, es que de aquí a pocos años, nuestros educadores serán esos jóvenes que vemos día tras día metidos en el messenger, o absortos por el teléfono celular, que no leen por su propia cuenta, que entenderán de papeleos y métodos específicos, que incluso sabrán adaptarse a contingencias y contratiempos, y que no saben degustar a Balzac o "Clarín". Aunque creo que con la edad todo cambia, todo mejora, se madura y surgen nuevas metas e inquietudes, y espero y deseo que más fuerte sea la influencia de ese desarrollo natural, que la evolución tecnológica.