martes, 15 de septiembre de 2009

Ardores.

Siento como una especie de náusea y el caso es que no me he vuelto un existencialista. O eso creo, juzgarse a uno mismo y encuadrarse dentro de tal u otra definición es harto complejo. Noto como la comida que con tanto afecto plantó mi padre en su parcelita se me indigesta, pese a ser de primera calidad y de materias primas inmejorables. Los dedos están como entumecidos y escribir este texto me resulta laborioso. La cabeza me da vueltas y estoy sumido en una especie de trance donde ideas ridículas y torpes se suceden por mi mollera como rayos crueles, para recordarme cuan estulto puedo llegar a ser. Mi humor: irascible. Me fumo un cigarro, a ver si amaina toda esta tempestad. Pero recurrir a métodos o terapias de dudosa fiabilidad es demasiado arriesgado, y por lo demás, incurrir en errores. Esto no disminuye. Busco causas, hallo respuestas ¿Quién me manda a mí ver los noticiarios?

Zapatero ha anunciado una subida de impuestos. Los otros se oponen haciendo su trabajo. Zapatero responde que son unos insolidarios. Cambio de canal porque ya me he puesto malo. Creo que hacía años que no tenía un arrebato furibundo de tales dimensiones. Este país de zopencos idealistas, este país fragmentado, este país hazmerreír, este país de borricos, este país de flamenco y parranda... me tiene hasta los cojones. Uno intenta hacer su vida y de pronto me sale el omnipotente líder diciendo la mayor perogrullada. A saber, que los del PP son unos insolidarios. Dios, esto es completamente circense.

No voy a poner hecho un guiñapo a Rajoy, eso es algo que consigue él por sí solo, la verdad, más bien que conseguir ponerse hecho un guiñapo lo que hace es pasar desapercibido. Yo también soy de esos, o se intenta, pero coño, pues por lo mismo no me meto en política. Una subida de impuestos, que cosa más bonita y altruista. Nunca antes había visto una persona con unas inquietudes tan humanitarias y filántropas. Creo que el presidente puede aspirar a algún Premio Nobel, el que sea, pero que le den un premio, se lo merece. Todavía está indeciso sobre la cuestión de los impuestos que va a subir, pero todos sabemos que serán unos impuestos que solo afectarán a las clases altas y que por supuesto estas se van a impregnar de tanta solidaridad y no aumentarán precios ni reducirán gastos mediante nóminas o calidades. Y él, podrá hacer una repartición justa entre toda nuestra sagrada población, podrá, podrá... sí, él va a ser tan ecuánime que comenzará a dar ayudas a malsava a los menesterosos y estos se abrirán camino en la vida, porque esto es una medida para el porvenir ¡Nada del presente, hombre, a largo plazo también, o qué se pensaban éstos! También los políticos podrán mejorar sus retribuciones mensuales, en la casa de la señorita Pajín solo entran 30.000 míseros euros al mes recaudados entre tres y, hombre, un político necesita motivaciones pecuniarias, si no va el país como va. Ains, que bien nos va a venir la subida de impuestos. Sí señor, esto pinta bien. El sistema impositivo, en efecto ¡Es algo tan progresista! Pero entiéndase progresista como que pertenece al grupo que se apoda como tal, no la palabra progresista en su sentido estricto. Aunque también, qué leches, también. Si solo se hacía desde la edad media, ahora lo que hemos ha sido progresar en los impuestos y tenemos más y mejores, hombre. Que esto es algo necesario, que sin esto las obras públicas se irían al garete, que la inversión... PUAJ.